una vida se nos va...
¿hacia dónde se dirige?
¿hacia donde llegará?
camino estos senderos
de alegría, pena y llanto
y el señor tendió su manto
pa’ llevársela al más allá.
Con su dulzura sin par
y su bondad cotidiana
salía cada mañana,
a sus colegios a dejar
al “tesoro” que llamaba
pues dios así la bendijo
dándole a sus dos hijos
que eran su felicidad.
Fueron creciendo... y la vida
que lo tenía trazado,
le dio un soltero, otro casado
y de nietos... otro par.
vivió feliz en su quinta
donde todo era armonía,
aún luchando cada día
para el sustento alcanzar.
Ahora parte alborozada
a la gloria del señor
dejando un legado de amor
a los que la conocimos,
y un recuerdo muy grato
que por siempre quedará
y jamás se borrará...
del corazón de sus hijos.
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